miércoles, 9 de septiembre de 2009

Lo que se viene


Uno de los máximos exponentes en el diseño y construcción de estas viviendas en España es la arquitecta alemana Petra Jebens- Zirkel, residente en Huesca. No en vano, predica con el ejemplo, ya que su casa y su estudio se encuentran en mitad del monte, donde genera su propia energía. Como ella misma explica, es la responsable de la construcción de unos 80 chalés “más o menos autosuficientes”. Uno de ellos se levanta en Vilafranca del Penedès (Barcelona). Jebens lo describe así: “Las placas fotovoltaicas producen la electricidad; y si hay excedente, se vende a la compañía eléctrica. El agua de lluvia se recoge, almacena y depura. El inodoro opera en seco, y el agua de la ducha, de la lavadora y los lavabos se reutiliza en un circuito cerrado”. Su propietario, Antoni Mestres, admite que tener una vivienda así “implica una vuelta a lo que hacían nuestros abuelos, ser un poco más lógicos y racionales. Se trata de reducir los consumos todo lo posible. Mi casa es bioclimática y está hecha con materiales del país, con el mismo confort que una vivienda normal pero con tecnologías más acordes con la naturaleza”. Jaume Serrasolses, de SEBA, también tiene una de este tipo. “No consumo energía del exterior. Todo es renovable, como la leña o la energía solar”, dice orgulloso. Jebens forma parte de la asociación Passivhaus de casas pasivas que gastan menos de 10 kilovatios- hora por metro cuadrado al año, cuando el promedio de una normal es de más de 100. Toni Solanas, arquitecto y presidente de Arquitectura y Sostenibilidad (AuS), dependiente del Colegio de arquitectos de Cataluña (COAC), cuenta que este tipo de residencias ya se ha construido en Alemania y hace hincapié en su rentabilidad: “Son una inversión de futuro en una sociedad que piensa a corto plazo”.

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